Posted by : Unknown martes, 7 de enero de 2014

“La Perla del Pacífico”
Datos generales:
Fecha de creación: 25 de Junio  de 1824. 
Cantones de la Provincia ; Guayaquil, Baquerizo Moreno, Balao, Balzar, Colimes, Daule, Durán, El Empalme, El Triunfo, Milagro, Naranjal, Naranjito, Palestina, Pedro Carbo, Salinas, Samborondón, Santa Elena, Santa Lucía, Salitre, San Jacinto de Yaguachi, Playas, Simón Bolívar, Coronel Marcelino Maridueña, Lomas de Sargentillo, Nobol, La Libertad, General Antonio Elizalde, Isidro Ayora
Población: 3 309 034  hab.
Extensión Territorial: 19 623 km 
Límites : NORTE: Provincias de Manabí y Los Ríos - SUR: Provincia de El Oro y Golfo de Guayaquil - ESTE: Provincias de Los Ríos, Chimborazo, Cañar y Azuay - OESTE: Provincia de Manabí y Océano Pacífico.
Capital: Guayaquil, fundada el 25 de Julio de 1538 
Economía:
Recursos Naturales : Agricultura, ganadería, pesca en gran escala.
Industria : Industria manufacturera, productos del mar, Pto. marítimo.
Comercio : Playas y balnearios, museos y paseos de Guayaquil,etc.

Demografía
Guayas es la provincia más densamente poblada. Su capital Guayaquil, junto con Quito, son los centros principales de crecimiento urbano. La ciudad de Guayaquil tenía 289.000 habitantes en 1950 y en 1990 1'508.844 habitantes, más de 5 veces el tamaño de 1950. La población crece a esta velocidad por el fenómeno migratorio pues la provincia recibe numerosos inmigrantes de otras provincias.
El área metropolitana de Guayaquil será gigante para fines de siglo, con más de 2'5 millones de habitantes.
 Clima
Predomina el clima cálido tropical o tropical húmedo. Tiene dos estaciones: invierno (enero-mayo) y verano (junio-diciembre). La temperatura promedio es de 25 grados centígrados.

Geografía
Cuenca del río Guayas

Esta cuenca comprende una extensión de 26 mil kilómetros y es una de las más grandes riquezas potenciales con que cuenta el país. Los ríos que forman el gran sistema hidrográfico del Guayas corren de norte a sur hasta confundirse en el lecho de esa gran arteria fluvial ecuatoriana que desemboca frente a la isla Puná. Los mayores afluentes del Guayas son los ríos Daule y Babahoyo al que afluyen el Vinces, Puebloviejo, Zapotal, y Yaguachi y forman la red fluvial más densa de la costa y la más útil para la navegación. La cuenca del Guayas no abarca solamente los límites político-administrativos de la provincia sino una zona mucho más amplia. Su proyección económica favorecería a nueve provincias, especialmente a Guayas, Manabí, Pichincha y Los Ríos. La planicie del Guayas está dotada de fértiles suelos aluviales y por esta razón la agricultura es la actividad que se beneficia en forma prioritaria del desarrollo de la cuenca del río Guayas, a más de la explotación forestal. Los principales cultivos de la planicie meridional son: caña de azúcar, banano, cacao, algodón y arroz, cítricos y frutas. En la porción septentrional de la cuenca del Guayas se halla una zona de bosques que ocupan un área de 6.000 kms.
Estudios de la cuenca:

Desde muy antiguo se conoció el gran potencial económico de la cuenca del río Guayas. Humboldt consideró a la región de Guayaquil como "zona promisoria económica del futuro" y en la época de la República, Teodoro Wolf calificó a la hoya del Guayas como un "emporio de riquezas excepcionales". En 1881 don Pedro Carbo escribió un ensayo sobre esta cuenca. Un paso importante fue la creación en diciembre de 1965 de la Comisión de Estudios para el Desarrollo de la Cuenca del Río Guayas (CEDEGE) que ha efectuado importantes trabajos, destacándose los relacionados con la gran obra de la represa del río Daule-Peripa iniciada en 1982.
Proyecto Daule-Peripa

Se trata de uno de los proyectos más grandes e importantes en los que está empeñado el país y que se lo denomina de "propósito múltiple" pues sus finalidades sobrepasan las de regadío, ya que servirán también para generación de energía. El proyecto fue originalmente planificado para desarrollar un área de 260 mil has. en el extremo sur de la cuenca. La presa de almacenamiento está ubicada en el curso superior del río Daule y forma un embalse de 6.000 millones de metros cúbicos que se utilizarán para el riego de las áreas bajas del Daule y de la península de Santa Elena, para agua potable y control de la salinidad. El trasvase hacia Manabí sería la última etapa de este gran proyecto.
El Golfo de Guayaquil

La costa ecuatoriana no tiene otro golfo como el de Guayaquil. Sus salientes extremas se fijan en Cabo Blanco (en la costa peruana) y en la puntilla de Santa Elena (Guayas) con lo cual abarca 230 kms. que constituye la mayor entrante en toda la costa sudamericana del Pacífico. Su fondo varía desde los 65 mts. hacia el SO de la isla Santa Clara, 96 mts. hacia el NO de la misma y 14 y 3 mts. frente a Guayaquil. Las orillas son bajas y generalmente pantanosas.
Las Islas

En el golfo están diseminadas 13 islas y algunos islotes. La Isla Puná es la mayor con 920 kms.2 . A 10 kms. de ésta se encuentra la isla Santa Elena (El Muerto o Amortajado). En el río Guayas están las islas de Malabrigo, Mondragón, Matorrillos, Masa y Santay. En el estero, la isla Verde, isla Escalante y Palo Santo. La isla Santay que está en el río Guayas entre Durán y Guayaquil tiene una superficie de 2.200 has. Esta isla fue comprada por el Banco Ecuatoriano de la Vivienda y en ella se esperaba realizar un proyecto de planificación urbana que podría beneficiar a miles de familias.
Relieve

Un lomo orográfico de unos 400 kms. desde el Guayas hasta Esmeraldas se articula con la cordillera de los Andes y constituye la cordillera costanera. Empieza con los cerros Las Cabras cerca de Durán, intercepta el río Guayas con el Cerrito, reaparece con las alturas Las Peñas, Santa Ana, El Carmen y el Manicomio en Guayaquil; se levanta hacia el NO con los nombres de Chongón, Colonche, Manglaralto en la provincia del Guayas y continúa hasta Manabí y Esmeraldas. Las mayores alturas que oscilan entre 700 y 800 mts. corresponden a la cordillera de Chongón y Colonche.

Historia
Antiguas culturas

Las investigaciones arqueológicas realizadas en el litoral de esta provincia han determinado la existencia de importantes culturas que tuvieron asiento en ella como en Manabí, antes de la invasión de los incas. Entre estas culturas debe mencionarse a las siguientes: Valdivia, Machala, Guangala y Chorrera. Los vestigios arqueológicos más importantes se han descubierto en la Punta de Santa Elena, San Pablo, Valdivia, Buena Vista, Posorja.
Los huancavilcas

Se ha establecido que la isla Puná fue el centro geopolítico de los Huancavilcas, pueblo valiente y aguerrido que ofreció resistencia a las fuerzas cuzqueñas comandadas por Huayna-Cápac y posteriormente a las fuerzas españolas de Pizarro. Los huancavilcas desarrollaron la navegación y constituyeron un poder marítimo. Tenían varios pueblos gobernados por seis caciques cuyo jefe era Tumbalá. Reñidísimos fueron los combates contra los Huancavilcas en la isla Puná donde los conquistadores se detuvieron 6 meses, al cabo de los cuales, según González Suárez, la dejaron asolada, habiéndola encontrado floreciente.
  Museo Municipal

Este museo fue creado el año 1908. Es importante sobre todo la colección arqueológica que se exhibe en la planta baja. El edificio que aloja el museo y a la biblioteca municipal es moderno y guarda proporciones clásicas.
Las fundaciones de Guayaquil

La primera fundación de la ciudad de Guayaquil la realiza Sebastián de Benalcázar con el nombre de Santiago, agregándose más tarde el de Guayaquil, el 25 de julio de 1535 en el punto llamado Estero de Dimas. La rebelión de los huancavilcas que llegaron a adueñarse del lugar dejó sin efecto esta fundación. Más tarde, enviado por Pizarro, el capitán Zaera realiza la segunda fundación de la ciudad en la confluencia de los ríos Yaguachi y Babahoyo. Una nueva sublevación de los huancavilcas dio al traste con esta fundación hasta que por último Francisco de Orellana la funda por tercera vez el año 1537 al pie de la colina de Santa Ana conocida como Cerro de la Culata.

  Incendios y piratas

Los grandes flagelos de Guayaquil en su historia fueron los incendios que la destruyeron varias veces, las invasiones de los piratas y la fiebre amarilla Modesto Chávez Franco escribe: "El bombero nació con Guayaquil, pues con Guayaquil nacieron sus incendios". La primera "bomba para apagar incendios" fue enviada a Guayaquil por orden del rey Carlos III en 1780. Los incendios han sido el más terrible azote de la ciudad que como el ave Fénix ha resurgido una y otra vez desde las cenizas. Los piratas también trajeron muerte y desolación desde l624 en que recibe la primera visita del pirata Hermite Clerk enviado por el príncipe Mauricio de Orange, hasta la invasión del pirata Dampierre el año 1709 que fue la más violenta y destructora. El único bastión para defender la ciudad de los ataques corsarios fue La Planchada que se terminó de construir el año 1632.
Los astilleros

A partir de 1700 el puerto de Guayaquil fue adquiriendo importancia. Desde él se exportaba cacao, café, suelas, maderas, cascarilla. La producción de tabaco y cascarilla que fueron artículos sujetos a estanco, produjeron buenos ingresos a las cajas reales. El gran prestigio que tuvo Guayaquil durante la colonia se debió a sus astilleros y a la habilidad de sus carpinteros navales. En esa época los astilleros de Guayaquil fueron los únicos de importancia en la costa del Pacífico. El cronista Dioniso de Alcedo y Herrera, escribe: "Están los astilleros superiormente ventajosos a todos demás de ambas Américas y a los más célebres de Europa".Todos los navíos construidos para la Mar del Sur por orden de los reyes de España, lo fueron en el Astillero de Guayaquil (C. Destruge). El prestigio de los astilleros se prolonga hasta la época de la independencia en que se construyeron, repararon y carenaron las naves colombianas, chilenas y peruanas que hacían la campaña del Pacífico.
Guayaquil en la Independencia

El 9 de octubre de 1820 es la fecha clásica de Guayaquil porque conmemora su independencia del dominio español. Gracias a una victoriosa conjura de los patriotas criollos (José de Villamil, José Antepara, Luis Fernando de Vivero, Juan Francisco y Antonio Elizalde, Francisco de Paula Lavayén, José Rivas, José Correa, Manuel de J. Fajardo)se suscribe el Acta de la Independencia de Guayaquil y se posesiona del cargo de Jefe Político José Joaquín Olmedo. Simón Bolívar comprendió la importancia de este movimiento independentista y se puso en contacto con la Junta de Gobierno a la cual envió instrucciones.
 Guayaquil en la República

En la ciudad de Guayaquil se produce el acontecimiento de mayor trascendencia en la etapa republicana del Ecuador que es la revolución liberal (5 de junio de 1895) que fue acaudillada por el general Eloy Alfaro. Después del devastador incendio de 1896 el desarrollo agrícola y comercial de Guayaquil tiene un gran impulso especialmente por el auge de la producción cacaotera que concentra la riqueza en un grupo dinámico de hacendados, banqueros y exportadores.



Santiago de Guayaquil es la ciudad más poblada del Ecuador con 2.268.338 habitantes en su área metropolitana. Es cabecera cantonal del cantón Guayaquil y la capital de la provincia del Guayas.

Es una ciudad diversa, en crecimiento, y aquí se ubica el puerto más importante del país. Se encuentra en la costa ecuatoriana, cerca del Océano Pacífico. Por esta razón, se le conoce en Ecuador como la "Perla del Pacífico".
La fundación de Guayaquil: un proceso de 1534 a 1547. La fundación de una ciudad es un acto jurídico único y concreto, que no puede ser un proceso. Sin embargo, en el caso de Santiago (de Guayaquil) bien podría llamárselo así por las circunstancias que la rodearon.

El 15 de agosto de 1534, Diego de Almagro, ante la amenaza de Pedro de Alvarado, asistido por Sebastián de Benalcázar se vio obligado a fundar en Liribamba la ciudad de Santiago de Quito. Trece días más tarde, el 28, por las mismas razones y en el mismo lugar que Santiago, fundó la villa de San Francisco de Quito. La Real Cédula del 4 de mayo de 1534, establecía que, toda fundación debía reunir las condiciones requeridas por la conquista. Caso contrario, recomendaba su traslado a otro lugar que sí las cumpliese. Esto ocurrió en ambos caos: San Francisco fue trasladada al lugar en que hoy de halla dentro del territorio de Quito, el 6 de diciembre de 1534 y mantuvo así el topónimo.

Santiago, fundación igual de inútil, fue trasladada a la Costa para facilitar la logística requerida para la conquista del norte quiteño, pues, Paita quedaba muy distante. Benalcázar, autorizado por Pizarro remontó el Guayas, y la asentó en un lugar cercano a la boca del río Yaguachi sobre el río Amay (Babahoyo), y se la conoció como Santiago de Amay (1535). Asaltada e incendiada por los bravíos Chonos se mudó a la culata del río con el nombre de Santiago de la Culata (1536). Nuevamente asolada, esta vez por la alianza de Chonos y Punáes, escapó a otro lugar y fue reconocida como Santiago de la Nueva Castilla (1537). En recurrencia trágica se refugió entre los huancavilcas “que eran gente de paz” (1542), pero nuevamente debieron huir, esta vez a la vera de un pueblo indígena llamado “Guayaquile” (1543). Desde entonces es Santiago de Guayaquil y guayaquileños sus habitantes. Nótese que el nombre de Santiago prevaleció en el tiempo. Lo cual claramente fundamenta la hipótesis que Santiago de Quito y Santiago de Guayaquil son la misma.

A raíz de la muerte de Francisco Pizarro (1541), su hermano Gonzalo se rebeló contra la Corona. Los vecinos leales al rey (por eso el título de “Muy Noble y Muy Leal Ciudad de Santiago de Guayaquil), dirigidos por el capitán Francisco de Olmos, el 6 de abril de 1547, ajusticiaron al pizarrista y teniente de gobernador Manuel de Estacio. Temiendo retaliaciones construyeron grandes balsas, y, encabezados por los capitanes Olmos, Rodrigo Vargas de Guzmán y Toribio de Castro, 140 personas con su menaje cruzaron el río Amay. Y, el 25 de julio de 1547, día del apóstol Santiago patrono de la ciudad, atracaron en Las Peñas y asentaron la ciudad en la unión cimera de los cerros que hoy se conocen como Santa Ana y del Carmen. A partir de entonces, luego de 13 años de trashumancia que parecía no tener final, cesan las luchas que un puñado de hombres sostuvo por aferrarse a su río como promesa de vida, movilidad y progreso. En el acta del cabildo celebrado el 24 de julio de 1781, el Ayuntamiento dispone que el 25, día de la fiesta del Apóstol Santiago, también debía solemnizarse con el paseo del “Real Estandarte, en memoria de la conquista de la ciudad y su provincia”.

Gastronomía
La gastronomía de Guayaquil es rica y variada, donde predominan productos como los pescados y mariscos, excelentes langostas, cangrejos, camarones, con los que se elaboran suculentos platos, entre otros. Además hay que destacar otros productos como las deliciosas frutas exóticas.
También en Guayaquil se puede disfrutar de la cocina internacional como la francesa, italiana, española, china, mexicana, entre otras muchas.
Entre los platos típicos se encuentran la guatita, el arroz con menestra y carne asada, el caldo de patas y el caldo de bolas y manguera (caldo de salchicha), la fritada de chancho (cerdo frito), los bolones de verde (preparados con plátano), las humitas de choclo (empanadas con queso), y el sancocho (guiso con carne y maíz). encebollado, atún, yuca, y aderezado con cebolla, cilantro y jugo de limón.
Y como postre nada mejor que la ensalada de frutas, jugo de naranjas al que se le agrega trozos de piña, melón, sandía, banano, uvas, entre otras muchas.

Tuirsmo

Plaza del Centenario

En el centro de Guayaquil, atravesado por la tradicional avenida 9 de Octubre –importante arteria comercial- y rodeado por las calles Lorenzo de Garaicoa y Pedro Moncayo, vías en sentido norte-sur; y las calles José Velez y Victor Manuel Rendón, vías en sentido este-oeste, se encuentra este popular parque, en el cual se levanta el monumento a los próceres de la independencia de la ciudad, proclamada el 9 de Octubre de 1820.

Columna de La Independencia

Esta columna fue edificada en honor a los Próceres de la Independencia. Está ubicada en el Parque Centenario. Su construcción nació de una idea del patriota y poeta guayaquileño José Joaquín de Olmedo, que no tuvo éxito, sino hasta el año de 1887, cuando el Dr. Francisco Campos Coello realizó una serie de eventos para captar fondos en pro de su construcción. En el año de 1899 se colocó la primera piedra, y su inauguración fue en 1918.
Su construcción fue encargada al español Agustín Querol, quien no pudo terminarla. Fueron Montserrat y Foloveras los que culminaron.

Iglesia de San Agustín

Aunque se cree que data de años anteriores, el primer registro que se tiene es que en 1588 se habrían establecido oficialmente los Agustinianos en Guayaquil y en 1594, -construido en las actuales intersecciones de las calles Loja y Rocafuerte- , el Templo y Convento de la Orden.

En 1624, el pirata Jacques L´Hermite Clerk saqueó e incendió la ciudad y quemó también la Iglesia, que había sido construida de caña y madera.  En 1651 es reconstruida íntegramente  en madera, pero no fue usada más allá de cuarenta años, ya que la orden se trasladó a la Sabaneta, a fines del Siglo XVII.

No existen, ni en los archivos de la orden ni fuera de ellos, documentos que consignen la construcción del templo, la referencia más antigua de su nueva ubicación es el plano de Guayaquil que se inserta en la obra: “Compendio Histórico de la provincia, partidos, ciudades, astilleros, ríos y puerto de Guayaquil en las costas de la mar del sur”, escrito por el Padre Jacinto Morán de Buitrón y publicado en 1741 en España por Don Dionisio de Alsedo y Herrera.

En este nuevo emplazamiento ubicado en la intersección de las actuales calles de Pedro Carbo y 10 de Agosto, se mantiene hasta el año de 1902 en que, luego de quemarse por segunda ocasión, se traslada a una capilla conocida con el nombre de la “La Soledad” y es construida en un terreno donado tiempo atrás a la orden.
La Iglesia y el Convento habrían de experimentar tres reconstrucciones, en Ciudad Nueva, entre los siglos XVIII y XIX.
Los grabados que se poseen permiten apreciar una edificación que mantuvo el antiguo esquema colonial con una sola torre rematando el frontispicio, en la que se mantiene el diseño español del capitel, hasta su variación en el diseño que se quema en 1896.  La iglesia que se incendia en esta fecha ya contiene elementos neoclásicos en su fachada,  tales como Pilaretes con Capiteles Jónicos, frisos con goteras, así como ménsualas utilizadas para flanquear el arranque de la torre del campanario, la que a su vez ha experimentado una considerable reducción en dimensiones. 
Los grabados denuncian la existencia de una sola nave con tres ingresos frontales hacia la calle de la Municipalidad, hoy 10 de Agosto y uno hacia la calle de la Caridad, hoy Pedro Carbo.
La Iglesia inicia su reconstrucción, en hormigón armado, el 21 de septiembre de 1913 y concluye el 4 de julio de 1926, fecha en que fue inaugurada.

La Catedral Metropolitana
En la actualidad con sus bellísimas torres de estilo semi-gótico, está ubicada en las calles Chimborazo entre la avenida 10 de Agosto y Clemente Ballén, se levanta junto a ella la Iglesia del Sagrario y el Palacio Arzobispal.
Fue el segundo templo y primera parroquia eclesiástica de Guayaquil, es la Iglesia Matriz, sin duda ya existía  a manera de una pequeña ramadita manejada por los curas de Santo Domingo que fueron los primeros en asentarse por estos lares, entre los años de 1541 y 1542, tiempo en que consolida la fundación de la ciudad, el capitán Diego de Urbina.
Datos fidedignos la ubican para 1590 sobre el cerro Santa Ana, junto a la Casa del Cabildo, la Plaza de Armas y algo más de 20 casas.
Esta Iglesia Matriz, que tuvo como titular a la Pura y Limpia Concepción de María Santísima, era sede importante de la Vicaria de Guayaquil en 1570.  Aquí se veneraría al Apóstol Santiago, Patrón de Guayaquil.  A causa de los incendios e invasiones de los piratas, no existe el archivo parroquial completo de la antigua iglesia, convertida en Catedral desde el año 1838.
En 1692, el templo fue destruido por un pavoroso incendio.
En 1695, la iglesia es trasladada a su nuevo emplazamiento en Ciudad Nueva, lugar en el que se mantiene y cambia su categoría a la de Catedral.  Ocupa el mismo lugar hasta nuestros días.
A pesar de su magnífica forma gótica, la distancia de ese estilo su estructura de hormigón, material que no guarda relación con la escuela y la fecha de construcción. En el interior se observan tres naves por cuyas grandes y espaciosas ventanas ingresa la luz a través de los vitrales. Los pilares se cruzan en lo más alto de las bóvedas formando ojivas.  Su estructura está formada por una nave central, una lateral y el crucero que está localizado detrás del altar mayor.  En la parte posterior se encuentran dos torres terminadas en agujas con una nave central de Cimborrio donde se encuentra la estatua del Cristo Rey, bendiciendo a Guayaquil.
Las campanas de la Catedral, en ese entonces iglesia matriz, sonaron a rebato anunciando la Independencia de esta ciudad, el lunes 9 de octubre de 1820.
Es trasladada a su actual emplazamiento a inicios del siglo XVIII, se ha mantenido en él por casi 300 años, solo con variaciones en su arquitectura, generadas bien sea por incendios que obligaron a su reconstrucción, o por remodelaciones sucesivas realizadas principalmente a fines del siglo XIX.
La iglesia, tal y como se la conoce, fue construida en 1937 y es una de las más visitadas de la ciudad.
Parque Seminario
Está ubicado en lo que hace trescientos años era el corazón del Guayaquil colonial, manteniendo aún esa atmósfera de antigüedad clásica que lo hace tan especial.
En la actualidad se lo conoce también como Parque de las Iguanas – por la gran cantidad de iguanas que viven en él -  está invitado a conocer un poco de la historia de este parque y los diferentes nombres que ha recibido.
Nace como “Plaza de Armas” en 1695 y así se mantiene frente a la antigua iglesia matriz hasta que esta es transformada en catedral en 1838, año en el que, se asume, se iniciaron en él ciertos cambios.
Para mediados del siglo XIX, ostenta un empedrado y una enorme estrella de ocho puntas, trabajado con piedras de color más oscuro que las de sus calles aledañas; gracias a este detalle, será conocido por muchos años como “Parque de la Estrella”; el principal punto de concentración cívica de la ciudad, particularmente para las festividades octubrinas (fiestas de independencia).
Para 1889 y luego de la gestión iniciada en 1872 por un comité formado para el efecto, se levantó el monumento ecuestre de Bolívar pasando a llamarse “Plaza Bolívar”.
Hasta aquí mantenía más características de plaza que otra cosa. No es sino hasta 1895, que gracias a la donación hecha por don Manuel Suárez Seminario, que puede ser enrejado  ornamentado con glorieta, bancos y jardines.  De esa forma adquiere la imagen de un típico parque de fines del siglo pasado.
En su interior parece que la marcha del tiempo se hubiera detenido; en cada surco de su piso empedrado, en su glorieta y en las formas de su reja de hierro forjado.  Al mediodía las iguanas descienden de sus añosos árboles a alimentarse y a tomar baños de sol.  A este parque por sus frondosos árboles y la existencia de decenas de iguanas que viven en sus ramas se lo conoce también como Parque de la Iguanas.
En gratitud al señor Seminario, el parque fue reconocido como el “Parque Seminario”.  Dice la entrada del Parque Seminario “Este parque fue construido en 1895, gracias a un legado de Don Miguel S. Seminario. El parque uno de los pocos que han permanecido con sus características intactas”.
Se encuentra también, el monumento de los jabalíes, que fue colocado luego de la inauguración de la estatua del Libertador ocurrida el 24 de julio de 1889, fue una donación de la Colonia China, que se integra a los demás elementos del parque.
Sobre el pedestal de hormigón se yergue el monumento que en su base presenta una alegoría en bronce de la naturaleza en la cual se desarrolla la lucha de dos jabalíes.  El jabalí inferior está atacando en el vientre al otro jabalí.
Después de la estatua, fue instalada la glorieta o kiosco, que ya existía para 1900. No se conoce exactamente quién fue su autor.  Sin embargo, se tiene referencias de que fue fundida en los talleres Val Dosme, en Francia, alrededor de 1882.  La glorieta tiene una placa octogonal, está emplazada a un costado del parque y coronada arriba por una ornamentación de hierro de forja, que remata el Domo central de color rojo.  Su estructura estaba realizada totalmente en hierro forjado, así como su cubierta.
Museo Ecuador
Está situado en el colegio San José, en las calles Tomás Martínez 501 y Baquerizo Moreno.
Predominan las colecciones de arqueología y Ciencias Naturales.

Iglesia de San Francisco
Está ubicada en Pedro Carbo y Av. 9 de Octubre.  Fue la tercera que se asentó en la ciudad, se cree que su fundación fue el 2 de agosto de 1603, día de la Virgen de los Ángeles y día de gran importancia para los franciscanos.

Por tradición verbal de los miembros de la orden, se guarda la memoria del emplazamiento original (de ciudad vieja) en un lugar cercano al río anexo a la “Capitanía de la  Armada”.  En 1663 reconstruyen la Iglesia e inauguran el convento que 15 años más tarde será consumido por las llamas.  En 1681 proceden a reconstruirla, pero 6 años más tarde, durante la incursión de los piratas Grogniet, Picard y Hewitt en 1687, es nuevamente devorada por el fuego.
La reconstrucción siguiente, ya no será hecha en la ciudad vieja: El Cabildo les había dado un terreno en la Sabaneta, lugar en el que nace la nueva ciudad, con el fin de que se trasladen hacia ese sitio.  Los franciscanos iniciaron la construcción de 12 de abril de 1710, contraviniendo la disposición del Cabildo de construir dentro de unos límites que previamente se habían establecido.
La Iglesia actual comenzó a construirse en hormigón armado en 1932, respetando los detalles que poseía la edificación original construida en madera.  El estilo arquitectónico de la construcción, no obedece a ninguno conocido, han sido insertados sin embargo, elementos clásicos, tanto en el interior como en el exterior del edificio, lo que le confiere majestuosidad, propiedad y carácter.
Basílica Menor La Merced
Comenzó a erigirse en 1927, su estilo fue inspirado en la escuela neogótica-bizantina.  Antiguamente era la Iglesia de la Merced y su fachada era de madera.  En el mismo sitio se levanta ahora la imponente Basílica Menor en homenaje a la misma Virgen, Patrona de las Fuerzas Armadas y del litoral ecuatoriano.  En el interior se encuentra el Altar Mayor de estilo barroco, tallado y revestido en Pan de Oro.
Museo Municipal de Guayaquil
El Museo Municipal de Guayaquil, es el más antiguo del Ecuador, fue creado inicialmente como museo industrial en 1863, pero realmente se instituyó como tal en 1908, fue fundado por Don Camilo Destruge Illingworth, quien lo dirigió durante diecisiete años.
El primer local del museo estuvo en el antiguo Cabildo, en una construcción de madera, la que podemos ver gracias a que se ha conservado en fotografías. La segunda casa fue un artístico palacio, edificio con mampostería de yeso, y el último traslado se dio gracias a la donación del ciudadano norteamericano Joseph Gorellik.
Posee la sala más grande de Guayaquil, apetecidas por pintores y escultores para exponer sus obras.  A lo largo del año tiene diversas exposiciones, siendo una de las más nombradas, el Salón de Julio, en el que se realiza una muestra de artes plásticas (entre otras) como una de las múltiples actividades por la fundación de Guayaquil.
El Museo Municipal presenta exposiciones variadas: arqueológicas con aproximadamente 2.000 objetos pertenecientes a culturas precolombinas de la costa y la sierra; colecciones de arte y objetos de la colonia como cuadros, retratos, monedas, medallas, libros con la particularidad de ser uno de los pocos museos de la ciudad que posee una exposición permanente de objetos pertenecientes al Guayaquil antiguo.
En el Patrimonio Histórico del museo se atesora con orgullo el palo del brujo, el poste totémico más importante de las Américas tallado en madera de Guasango. Así mismo, tiene en su exposición un flamante auto Ford de 1930.
Historia
El año de fundación del Museo Municipal es un tema que, contrario a lo que muchos puedan pensar, podría levantar polémica de haberse estudiado más profundamente el asunto, ya que escudriñando en la información que dejara publicada el ilustre patricio guayaquileño don Pedro Carbo Noboa, y, particularmente, en las memorias de las Bibliotecas Públicas que éste diera a la luz en 1887, constatamos que en la página 70 de dicho folleto, don Pedro Carbo nos dice "el doctor Vera fue también encargado de la Dirección del Museo Industrial, fundado por iniciativa mía según consta en el #32 de la Gaceta Municipal correspondiente al 1 de Mayo de 1863".
Está claro entonces, de que don Pedro Carbo, casi paralelamente a la fundación de la Biblioteca Municipal fundó también un Museo que con toda seguridad dependería del Ilustre Cabildo porteño, en vista de que para esa entonces, Pedro Carbo era el presidente del Concejo. De ser esto así, como sin lugar a dudas lo es, la sesión del 15 de Septiembre de 1908 en la que se propone la creación de un Museo Histórico, no sería otra cosa que la ampliación del Museo Industrial, que ya existía, y no la fecha de fundación exacta del Museo de la ciudad, por lo que la revisión de la fecha de fundación sería imprescindible pues, estaríamos en la obligación de considerar la creación del Museo, virtualmente de manera paralela a la de la Biblioteca.
Por lo anteriormente mencionado, el Museo Municipal de Guayaquil no cumpliría 90 años, sino 136 años, convirtiéndose, sin lugar a dudas, en el Museo más antiguo de la nación, estructurado como tal, casi a mediados del siglo XIX.
Antiguo edificio del Cabildo
No está de más citar la sesión del 15 de Septiembre de 1908 en la que siendo presidente del Ilustre Concejo don Armando Pareja, propone la creación del Museo Histórico, anexo a la Biblioteca Municipal, propuesta que es aceptada por el Concejo y que genera la ordenanza municipal que le da origen legal a la institución.
El Museo, ya conocido como municipal, fue inaugurado la noche del 9 de Agosto del 1909, siendo su fundador y primer director Don Camilo Destruge Illingworth. El primer local del Museo estuvo colocado en el antiguo edificio del Cabildo, de construcción hecha de madera, cuya imagen se ha conservado en fotografías. El mobiliario debió consistir en vitrinas modestas, ya que el vidrio plano era importado y caro.
Museo Arqueológico. Banco del Pacífico
Ubicado en la calle P. Ycaza, entre Pichincha y Malecón en el edificio La Moneda, fundado el 24 de octubre de 1980, contribuye al conocimiento de la cultura ecuatoriana a través de una de las colecciones más valiosas de cerámica de las culturas aborígenes del Ecuador, que pertenecieron a Presley Norton y Leonor Pérez. Presenta organizadamente secciones de Prehistoria con los períodos Formativo, integrado por las culturas Valdivia, Machalilla y Chorerra; los Períodos de Desarrollo con las culturas de Bahía, Guangala, Jama Coaque I, tolita y Jambelí; y el período de Integración y a las culturas Manteño, Milagro-Quevedo y Jama Coaque II.
Museo Nahum Isaías Barquet
Don Nahim Isaías Barquet, fue un distinguido hombre de negocios y coleccionista de arte ecuatoriano; quien tenía entre sus proyectos crear un museo en donde compartir las 2.500 piezas pictóricas y escultóricas de la Escuela Colonial Quiteña. A su muerte, su familia cumplió el sueño de este filántropo.
En la actualidad estas obras han pasado a ser patrimonio del Estado.El museo, cuenta además con una exposición de Arqueología que muestra objetos de las diferentes etapas del Ecuador precolombino.
Además cuenta con exposiciones temporales de pintores y escultores contemporáneos; así como de recitales de música en los que entre otras participa la Orquesta Sinfónica de Guayaquil.


Malecón Simón Bolívar
El Malecón es un pilar histórico de la ciudad, ya que desde él se expandió su crecimiento y a los inicios de la urbe tuvo un importante papel en su desarrollo y embellecimiento.
Luego, en una época, por imprudencias del destino estuvo desligado de Guayaquil; pero siendo lo que fue, se rescató y renovó, dándole un nuevo brillo a la ciudad.
Ahora es un honor para los guayaquileños poder disfrutar de los colores del Malecón y desde él, los de la ría.
El Malecón Simón Bolivar ha vuelto a ser el corazón de la ciudad y quiere compartir con todos sus huéspedes la maravilla de su paisaje. No puede visitar Guayaquil sin conocerlo por primera vez o nuevamente.
Esta dividido en sectores, los mismos que muestran la variedad de las grandezas de Guayaquil, cada uno de ellos con un color diferente. Así en su comienzo muestra la diversidad de banderas del Ecuador con un colorido contrastante, para que el “Palacio de Cristal” que muestre con sencillez su  imponente mirada.
Plaza Olmedo
Dándole un tono de sobriedad y como gran final de la Avenida Olmedo, la que termina en el Malecón, se encuentra el monumento al prócer José Joaquín de Olmedo, primer alcalde de la Ciudad y Precursor de la Revolución del 9 de Octubre de 1820.
Éste se encuentra sobre una base alegórica con un conjunto de piletas cilíndricas que realzan el entorno.  Junto a él se encuentra el Club de la Unión, club privado que es tradición guayaquileña desde 1927.
En su parte norte se encuentran 13 restaurantes variados, con platos tanto típicos como internacionales, con un amplio patio de comidas en el que se puede disfrutar junto al río Guayas, en un ambiente tranquilo y refrescante.
Para comodidad de los visitantes, en el subsuelo existe un parqueo para 77 vehículos, lo que otorga un  adicional beneficio.
Área de Juegos infantiles y Ejercicios
Esta zona fue creada para el esparcimiento de los habitantes de la zona, pero puede ser disfrutado por visitantes de cualquier región.  En ella se encuentra entretenimiento para todos, con juegos para niños, áreas de descanso, ejercicio y restaurantes y bares.
En la zona de recreación de infantes, existe un conjunto de circuitos lúdicos para los más pequeños que visitan el Malecón 2000 acompañados de sus padres, entre ellos la plaza del Vagón y sitios de descanso bajo la sombra de árboles que se han conservado del malecón anterior.

El área de juegos cuenta con una torre mirador, tobogán, resbaladeras, puentes colgantes,  hamacas, carruseles y demás juegos que incentivan a los niños a divertirse sanamente en un lugar tranquilo y seguro. Se ha diseñado además una pista de patinaje.
El área de comida tiene dos edificaciones: la primera contiene en su planta superior un establecimiento de comidas rápidas y en su planta baja servicios higiénicos generales para el público que visita el área, la segunda edificación es el bar restaurante Resaca.
La zona de ejercicios está dotada de equipos para aeróbicos y ejercicios al aire libre y es lugar de reunión de personas que desde muy temprano trotan todos los días en el Malecón 2000.

Jardines del Malecón
Este tramo del Malecón 2000 es sin duda uno de los más hermosos y coloridos, porque además de contar con plazas y plazoletas creadas para complementar la belleza que confiere la naturaleza, puede conocer la diversidad de más de 350 especies vegetales nativas y las que han sido introducidas al país.
Mientras disfruta de la vista contrastante de los árboles, plantas y flores con el río, puede escuchar el canto de los pájaros en un espacio privilegiado de la naturaleza. También puede sacar su caricatura con artistas varios o tomar un café junto a una laguna.
Para los amantes  de los animales junto a los Jardines puede ver peces, patos y gansos.

En este lugar se encuentra el Pabellón de los Donantes que es un reconocimiento a las donaciones voluntarias recibidas para llevar a cabo esta obra. De acuerdo al orden de sucesión en que estas fueron hechas se puede ubicar el nombre de los aproximadamente 48.400 donantes naturales y jurídicos por medio de un sistema computarizado que ubica la placa y el número de fila en que se encuentra el donante. El pabellón esta iluminado para dar realce a las 32 placas de vidrio templado en que se encuentran tallados los nombres. Como fondo de éste inigualable regalo, esta el Cerro Santa Ana  con su renovado colorido.
Junto al Pabellón, el Teatro IMAX-Malecón 2000, que es el  primero de este tipo en Sudamérica. Un domo con la más alta tecnología en proyección de películas de gran formato, exclusiva de IMAX Corporation, captando la atención de grandes y chicos que visitan el Malecón 2000 ávidos de  vivir la Experiencia IMAX, en sus 185 butacas con un sistema de audio y video de alta definición.
En la planta baja se encuentra espacio para 320 parqueos.

Museo Naval Almirante Juan Illingworth
Llamado así en honor al héroe y organizador de la Marina de guerra del Ecuador Juan Illingworth Hunt. Al igual que los de su clase, es un establecimiento destinado a investigar, editar, difundir y exponer a la comunidad el patrimonio histórico naval del Ecuador.
En él los visitantes se sentirán transportados a aquellas épocas en que nuestra Armada escribió grandes episodios, muchos de los cuales la enrumbaron a la gloria.
Nuestro Museo funciona como una dependencia del INSTITUTO DE HISTORIA MARÍTIMA “CALM CARLOS MONTEVERDE GRANADOS”, y cuenta con cuatro salas de exposición que reflejan las diferentes épocas de nuestra historia naval y marítima, siendo ellas:
SALA N° 1: “DE LA INDEPENDENCIA
Recorriendo esta sala nos transportamos al período comprendido desde la Colonia e Independencia hasta el año 1865, pues la intención es resaltar los sucesos que condujeron a nuestra emancipación del dominio español y la posterior formación republicana de nuestra patria. En ella destacan: las Ordenanzas Generales de la Armada española, retratos al óleo de forjadores navales y próceres de la época, maquetas de la fragata “Colombia” y del “Hipopótamo”, primer submarino construido en América del Sur por el ecuatoriano José Rodríguez Labandera, etc.
SALA N° 2: “CAPITÁN DE NAVÍO RAFAEL ANDRADE LALAMA”
Comprende el período que data desde 1866 hasta 1924. su nombre se debe al inventor del Compás controlador de rumbos, patentado en Francia, Inglaterra, Estados Unidos y Canadá; este es uno de los principales atractivos de esta sala. Reposan además réplicas y reliquias sobre la campaña de Esmeraldas (1913-1916), y otros acontecimientos y personajes de la época.
SALA N° 3: “CAPITÁN DE FRAGATA RAFAEL MORÁN VALVERDE”
En esta sala se hace un homenaje especial a los protagonistas de las acciones navales de 1941. Lleva el nombre del héroe que comandó el cañonero “Calderón” durante el Combate Naval de Jambelí, que llenó de gloria a nuestra patria, el 25 de julio de ese año.
Comprende el período que va desde el año 1925 hasta 1970, destacándose fotografías y retrato al óleo de éstos héroes y los buques que tripularon. Se exhiben además uniformes, condecoraciones y otros objetos y maquetas que representan este lapso de nuestra historia naval.


SALA N° 4: “PUERTO DE GUAYAQUIL Y B/E GUAYAS”
Llamada así por estar dedicada a nuestro Puerto y al actual buque de instrucción de nuestra Armada, el Buque Escuela “Guayas”. En esta sala podemos observar óleos de Guayaquil antiguo, réplicas, reliquias y fotografías que perennizan nuestras condición marítima, destacando las vivencias de la Marina Mercante en todas sus épocas.
Así también es protagonista el “Guayas”, buque embajador itinerante del Ecuador por los mares del mundo. En la sala podemos observar imágenes de los cruceros realizados y puertos recalados, exhibiéndose también placas recordatorias, instrumentos y partes náuticas de la nave, etc.

La Rotonda
C.C. LA ROTONDA es un acogedor centro comercial ubicado en el sector Norte de la ciudad, específicamente en la Alborada 10ma. Etapa Av. Benjamín Carrión y calle Tercera, fue inaugurado el 3 de Octubre de 1994.
Durante su construcción no se escatimó recursos para lograr una hermosa configuración y un elegante decorado interno. Primó un especial interés en seleccionar a las firmas y personas que se iban a hacer cargo de la obra que inició en 1992. El proyecto estuvo bajo la responsabilidad de ROMABAL, el diseño estuvo a cargo de la empresa ARKITEKTURA, y la ejecución de la obra la llevó a cabo la constructora CONBAQUERIZO.
Sin ser precisamente circular, su estructura permite que los locales converjan hacia un centro, desde el que se puede apreciar todo el complejo de negocios. De ahí el nombre de LA ROTONDA.
El proyecto fue previamente estudiado, para crear un polo de desarrollo en un área estratégica, que beneficia a un amplio sector colindante de las etapas 6, 9 y 10 de La Alborada y a las ciudadelas Los Alamos, Samanes, Guayacanes, Sauces y a toda una gran población de la zona Norte de la ciudad.
Cuenta con un área total de 25.086 m2, que da cabida a 51 locales comerciales, y 14 islas. Sus locales anclas son Almacenes De Prati con sus tiendas Moda y Hogar y Almacenes Pycca. Entre sus principales locales y atracciones están además almacenes como: Camisería Fierro, Pony Store, Polipapel, Lee, Payless Shoesource, Guimsa, Banco del Pichincha, Bolivariano, Cyber space, locales de juegos, y nuestro Patio de comidas, entre otros.
Los visitantes tienen acceso a través de las avenidas Juan Tanca Marengo, Las Aguas y las demás vías que llegan a la avenida Benjamín Carrión, que es donde se encuentra ubicado.
LA ROTONDA además de brindar servicios y comodidad a sus Clientes constituye un gran aporte al ornato y al desarrollo de esta área de la ciudad, la cual cobró vida en actividad y paisajismo desde su fundación.
En Noviembre de 1998 se inauguró el nuevo Patio de comidas construido en la parte posterior del centro comercial en un área de 1129 m2, la construcción estuvo a cargo de la empresa Inmomariuxi bajo la Fiscalización directa del Arq. David Nurnberg, y el diseño y decoración lo llevó a cabo la Decoradora. Karen Nurnberg. Este moderno Patio de comidas incluye 9 locales de variadas dimensiones.
Finalmente en Septiembre del 2001, se inauguró la Tienda de De Prati Hogar, en un área de 2000 m2, la cual se convierte en la cuarta ancla, que completa el mix de locales.
El C.C. LA ROTONDA es un gran esfuerzo de la empresa privada, que ha recibido la esperada respuesta y el cariño de la ciudadanía Guayaquileña.
·         Entre sus locales se encuentran:
·         Instituciones Bancarias
·         Banco de Guayaquil
·         Banco Bolivariano
·         Locales de comida rápida
·         Heladerias Top Cream
·         Dunkin Donuts
·         Tiendas departamentales
·         Pyca
·         DePrati Hogar
·         DePrati Moda
·         Cadenas nacionales
·         Óptica Los Andes
·         Lee
·         Polipapel
·         Cinefoto
·         Famiremesas
·         La Aguja de oro
·         Joyería Marthita
·         Camisería Fierro
·         Centro de la Suerte
·         Pony Store
·         Money Gram
·         Franquicias internacionales
·         Payless Shoes Source
Torre del Reloj Público o Torre Morisca
Es un ícono en la historia de Guayaquil que aún sobrevive y forma parte de la corriente arquitectónica de todas las épocas que invadía a nuestra ciudad a principios de siglo.
La Torre Morisca o Torre del Reloj es un ícono de Guayaquil que posee una historia que se remonta en el pasado hasta el siglo XVIII con varias construcciones en ubicaciones previas y la utilización de dos máquinas.
La primera torre del reloj
Los primeros indicios sobre un reloj público datan de mediados del siglo XVIII y correspondería a una máquina traída por los jesuitas.
El monasterio y colegio San Francisco Javier, fundado en 1705 por la orden de La Compañía de Jesús, duró hasta 1769 cuando tuvo que acatar el decreto del rey Carlos III del 27 de marzo de 1767 que ordenaba su salida de América.  Ese sería el sitio donde estuvo ubicado el primer reloj mecánico traído a mediados del siglo XVIII por los jesuitas según describe el Arq.  Melvin Hoyos en su reseña histórica sobre el reloj público  en la edición Nº 8 de la revista de la Junta Cívica de Guayaquil y en el Boletín Nº 4 del Museo Municipal de Guayaquil. Hoyos se basa en datos de los historiadores Pedro José Huerta y Modesto Chávez Franco.
Esta versión no se confirma por alguna fuente de los jesuitas pues Mario Sicala, S.I.  en su libro Descripción Histórico- Topográfica de la Provincia de Quito de la Compañía de Jesús hace la siguiente referencia: "Es una torre con su campana, no se especifica si había reloj.  Sin embargo se la conocía como la Torre del Reloj".
La máquina funcionaba  sobre una torre de madera separada del edificio principal. Esta torre  fue desmontada y reconstruida por Salvador Sánchez Pareja en 1783, sobre el edificio del Cabildo a un costo de 600 pesos y fue conocida como la Torre de la Campana.
La propiedad de los jesuitas también fue conocida como la Casa de las Temporalidades y estuvo ubicada en la manzana que actualmente está demarcada por las calles Ballén, Pichincha, Diez de Agosto y Pedro Carbo.
En 1800, Santiago Espantoso compró la Casa de los Jesuitas con su torre, reloj y campana; el reloj funcionó hasta 1829.
Pasa al edificio del Cabildo
El 25 de febrero de 1817 se inauguró la espaciosa Casa del Cabildo donde está actualmente el palacio municipal. La construcción era de madera y estaba adosada al antiguo mercado de abastos con el que compartía la manzana. La sede del Cabildo tenía su fachada principal  hacia el río y poseía tiendas en la planta baja para obtener ingresos por los arriendos. El Ing. Luis Rico fue su constructor. En esta edificación se firmó el Acta de  Independencia de la ciudad el 9 de Octubre de 1820.
El Cabildo compró el reloj a Espantoso en 300 pesos y lo instaló en la torrecilla añadida en el techo del nuevo edificio.
Desde su traslado el antiguo reloj no paró de dar problemas al parecer porque fue  rearmado defectuosamente o porque en el traslado sufrió un daño que no pudo ser solucionado. Además,  la escasez de fondos no ayudaba para darle un adecuado mantenimiento a la obra.
Una nueva máquina
En 1837, el corregidor Juan de Avilés solicitó al Cabildo la compra de una nueva máquina  a la mayor brevedad posible, ya que el viejo reloj no servía.
Hubo dificultades para conseguir los fondos que se requerían para dicha adquisición hasta que finalmente Manuel Antonio de Luzárraga, un rico hombre de negocios español, figura ilustre de la Independencia, dio en préstamo el dinero necesitado por el Cabildo para que este pudiera encargar a Inglaterra un nuevo reloj que reemplazara a la antigua máquina.
La importación
El pedido del reloj se hizo bajo las condiciones siguientes:
1. Que su valor no exceda de mil quinientos pesos.
2. Que su maquinaria sea construida de materiales bastante fuertes para sufrir y resistir el calor y la humedad, intensos en nuestros climas tropicales.
3. Que las esferas sean bien claras, de números latinos negros sobre campo blanco.
4. Que dé las horas y cuartos en una campaña cuyo tañido pueda oírse hasta una lengua de distancia.
5. Que para sus dimensiones se tengan presentes las de la torre del edificio municipal, que son 11 pies y 4 pulgadas de elevación y 9 pies 7 pulgadas de diámetro en el cuerpo de ella para alojar el reloj, y que, finalmente, el cable de las pesas no se desarrolle en una longitud mayor de 12 pies 9 pulgadas.
El 10 de enero de 1839, el municipal Mariano Pérez pidió al Ayuntamiento que se dispusiese el retiro del reloj a fin de quitar de la torre el peso que este representaba para la deteriorada torre y proceder a la reparación de la misma.
Habiéndose comisionado al corregidor Bernal para la adquisición del nuevo reloj, este encargó la máquina en mayo de 1839 a la casa Santiago Moore French de Londres.
El 9 de septiembre de 1842 el corregidor de aquel entonces, José María Maldonado, anunció al Cabildo la llegada de la flamante máquina. Un mes después, es decir, el 9 de octubre del mismo año, Vicente Rocafuerte inauguró el nuevo reloj que fue colocado en la torrecilla de la Casa del Cabildo reemplazando a la vieja máquina de los jesuitas.
El estreno del reloj ocurrió cuando azotaba la peor epidemia de fiebre amarrilla que soportó Guayaquil en toda su historia.
El encargado de coordinar los trabajos de reparación de la torre y montaje del reloj fue Juan Francisco Icaza, que contó con varios colaboradores entre ellos el maestro mayor de carpinteros José María Martínez Coello. Inicialmente se destinaron 200 pesos para costear la obra.
Pasa al mercado de la orilla
En cuanto al pago del préstamo a Manuel de Luzárraga  para adquirir la nueva máquina se lo hizo en dos partes con impuestos recogidos para el efecto.
En 1902 ante la generalizada creencia de entonces de que las estructuras altas ayudaban a provocar incendios se desmontó el reloj y eliminó la torre del edificio del Cabildo.
En 1905, el reloj fue trasladado con su torre hacia la cubierta del nuevo Mercado de la Orilla (construido frente a la Casa del Cabildo en la Orilla del Guayas) porque la Casa Consistorial, ya vetusta, amenazaba ruina desde algún tiempo atrás.
El edificio de madera de la Casa del Cabildo que duró casi cien años y el mercado de abastos adjunto que tenía 136 años, por su estado insalubre y vetusto, fueron incinerados en 1908.
En 1909 se aumentó la altura de la torre del reloj en el mercado en dos pisos más, llegando a cinco niveles con el objetivo de darle mayor visibilidad y permitir que las campanadas se escuchen en toda la ciudad.
El reloj público se mantuvo sobre el edificio del Mercado de la Orilla hasta 1920 cuando el Cabildo decidió eliminarlo y procurar otra ubicación para el reloj.
En 1921, el Concejo resolvió asignarle un sitio propio en el malecón, el 6 de junio de ese año la Municipalidad contrató la construcción de una torre de hierro revestida de cemento en un muro saliente del Malecón (emplazamiento del antiguo Muelle Municipal) frente a la avenida Diez de Agosto.
La nueva torre costaría 10.000 sucres y se construiría en un plazo de cinco meses.
El diseño lo realizó Nicolás Virgilio Bardellini quien también sería el encargado de la obra. El proyecto fue aprobado en sesión del 26 de julio, pero resulta que Bardellini falleció el 9 de agosto y se resolvió firmar un nuevo contrato con sus herederos.
El 22 de septiembre de 1921 se inició la construcción y fue inaugurada el 25 de abril de 1923. Esta torre tenía 23,5 metros de altura y estaba conformada por cuatro volúmenes cúbicos de tamaño creciente de abajo hacia arriba coronados con una cúpula. En el volumen superior se colocó la máquina del Reloj Municipal.
Esta edificación duró pocos años porque debió ser derrocada por fallas en el cálculo de la estructura, la construcción soportó su propio peso y el de la máquina.
En 1927  fue desmontado y embodegado  hasta segunda orden y la torre demolida, dejando solo la base para utilizarla como servicios higiénicos. En 1930 se iniciaron las gestiones para construir una nueva torre para el Reloj Municipal enmarcadas dentro del proyecto de creación del Paseo de las Colonias.
La Torre Morisca
La actual torre del reloj fue construida a partir del 1 de agosto de 1930 e inaugurada el 24 de mayo de 1931.
El ingeniero Francisco Ramón y el arquitecto Joaquín Pérez Nin  estuvieron a cargo de la obra. Posteriormente, en 1937, el Arq. Juan Orús Madinyá modificó la ornamentación exterior e interior, lo que le dio la identidad definitiva de Torre Morisca.
Pérez Nin y Juan Orús fueron socios a comienzos de 1930; ambos españoles, el primero andaluz y el otro catalán.

La torre de hormigón armado se eleva cuatro pisos sobre una base octogonal de unos 28 m²  hasta rematar en una cúpula  árabe-bizantina que alcanza una altura de 23 metros.
Sobre el estilo de esta construcción, única en la ciudad, vale anotar que se produce en la época posterior a las construcciones de los arquitectos italianos de inicios del siglo XX en cuyos diseños predominó la influencia del neoclásico. En las décadas treinta y cuarenta se diseña con los más variados estilos e influencias de acuerdo al gusto de los clientes.
El arquitecto Orús nacido en Barcelona, llegó a Guayaquil en 1915 para trabajar con la compañía italiana encargada de la construcción de la Gobernación y el Municipio, una vez que se terminaron esas edificaciones, entonces se encargó de darle un toque morisco a la Torre del Reloj Público  por petición de la administración municipal de aquella época que al parecer admiraba a la Giralda de Sevilla y quiso proporcionar a Guayaquil una obra de ese estilo. El arquitecto Emilio Soro también colaboró en la ornamentación del edificio.
Varias generaciones han vivido en esta ciudad portuaria junto al Guayas a la sombra del reloj y su marcar del tiempo, muchas otras vendrán y probablemente, al mirar la Torre del Reloj, querrán conocer la historia del enigmático edificio-máquina
Es una torre con su campana, no se especifica si había reloj.  Sin embargo se la conocía como la Torre del Reloj".

Museo Antropológico y de Arte Contemporáneo MAAC.
ElMuseo Antropológico y de Arte Contemporáneo (MAAC) es un conjunto arquitectónico de 10.000 mi, cuyo diseño hace referencia a la balsa huancavilca.

Tiene 3 bloques: el de talleres, el correspondiente al Centro de Documentación y el administrativo; cuenta con áreas de exposición de 3-000 m2, espacios para los fondos de arte y arqueología, a más de un auditorio para 400 personas.
El MAAC contempla siete grandes áreas de trabajo que lo convierten en una propuesta integral: Antropología, Arte, Centro de Documentación, Música, Cine, Educación y Productos Comerciales.
Como todos los proyectos de la Dirección Cultural, el MAAC está concebido para ser abierto al público por fases.
Actualmente está entregando a la ciudadanía alrededor de un 20% de lo que será su oferta cultural, a través de programas ampliamente conocidos y que apuntan a convertirlo en un catalizador para el desarrollo de la cultura artística local y nacional e incluso a trascender fronteras.
El Parque Histórico es un proyecto que recupera la época de tránsito entre los siglos XIX y XX en la antigua provincia de Guayaquil, e integra la vida del campo, su historia de trabajo y superación, con el entorno natural, la fauna y flora de la región, ofreciendo a la familia un espacio para la recreación y educación, a la par que promueve una reflexión sobre nuestra identidad, el respeto al medio ambiente y la solidaridad.
El PHG está constituido por 8 hectáreas en total: 3 de bosques salpicados de mangle, majado y guachapelí, que corresponden a la Zona de Vida Silvestre (1999) que alberga fauna silvestre en peligro de extinción; 2 hectáreas de cultivos, con una hacienda restaurada y reconstruida (Zona de Tradiciones, 2000) donde se rescata la vida del campo y se impulsa el desarrollo de la permacultura através de la granja urbana solidaria; y 3 hectáreas más (Zona Urbano Arquitectónica) que constituyen una nueva oportunidad para cuatro edificaciones construidas a inicios del siglo XX, desarmadas y recuperadas en los años 80 por el Banco Central del Ecuador. De esta última zona, en noviembre de 2002 se inauguró el Malecón 1900.

La Plaza de las Artes y Ofícios, que corresponde al ex Centro Cívico y Parque Forestal es un proyecto conjunto del Banco Central del Ecuador y la M. I. Municipalidad de Guayaquil dentro del proceso de regeneración urbana que propende al desarrollo integral de la ciudad. Se trata de un parque temático que, através de sus componentes interno y externo brínda una alternativa de recreación activa diferente al introducir la gestión cultural, a fin de descubrir y potenciar el talento artístico para encaminarlo dentro de la educación.

Cerro Santa Ana
El cerro de Santa Ana está ubicado al pie del Río Guayas donde se fundó la ciudad y junto al tradicional barrio Las Peñas, actual centro de galerias de arte y de la vida bohemia de Guayaquil, dominando la planicie donde se levanta Guayaquil y desde su mirador se observa toda la ciudad con una magnífica vista de la confluencia de los ríos Daule y Babahoyo que forman el gran río Guayas. Abarca una superficie aproximada de 13,5 hectáreas, en las que se desarrolló un proceso de regeneración urbana para beneficiar a una población de 4.105 habitantes. Actualmente esta población tiene negocios de restaurantes, bares y artesanías para la atención de los turistas.

Barrio Las Peñas
El barrio Las Peñas es el más antiguo de la ciudad, y en la actualidad  está siendo reparado para lucirse como una vez fue.  En él siempre hay actividades culturales y exposiciones. Ubicado junto al río ilumina la ciudad desde esta punta. A continuación se destacan sus encantos.
Las Peñas es históricamente el barrio más importante de Guayaquil, pues aunque sus casas solamente tienen alrededor de 100 años, sus características formales y estructurales son muy parecidas a aquellas de los siglos XVIII y XIX.
Cada una de las casas tiene su propia historia. Aquí vivieron personajes ilustres de la política y la cultura del país, como el músico Antonio Neumane, los presidentes Francisco Robles, José Luis Tamayo, Carlos Julio Arosemena Tola, Alfredo Baquerizo Moreno, Eloy Alfaro, el escritor Enrique Gil Gilbert, el historiador Rafael Pino Roca, el pintor Manuel Rendón Seminario, Alfredo Espinosa Tamayo, Juan Montalvo, la educadora Rita Lecumberry, e inclusive Ernesto “Che” Guevara estuvo de paso por este barrio y sirvió gratuitamente de pediatra entre su gente. También fue la cuna de industriales, amas de casa, pescadores y marineros, personajes que nutren de vida la cotidianidad de la ciudad.
A fines de los sesenta, Luis Hidalgo Baquerizo y Eloy Avilés Alfaro fueron los pioneros en realizar exposiciones artísticas en Las Peñas. Mostraban a pintores jóvenes, cuadros de la Escuela Quiteña y réplicas de Monard, Rembrandt o Renault, cada 24 de julio en la noche. Esto es solo un ejemplo de la intensa vida cultural que siempre ha tenido el barrio.
Hasta 1650, más o menos, el viejo Guayaquil no tenía sino dos calles: la de la orilla, actual malecón, y la calle del cerro que lo bordeaba por su lado sur. En la segunda mitad del siglo habían cinco calles:
- La calle de la orilla,
- La calle Real de Ciudad Vieja, que salía de la plaza de la parroquia hacia el sur y que mantuvo su nombre hasta el siglo pasado,
- La calle de Santa Catalina, que orillaba al cerro en su falda sur, pero más al sur que la anterior calle,
- La calle de Las Peñas, mucho más quebrada e irregular que ahora,
- La vieja calle del cerro, que era una segunda calle en su falda.
La pequeña ciudad tenía cinco barrios: Las Peñas, la Atarazana, en dónde se ubicaban los astilleros, más al norte (como hasta ahora), el Cerro, la Marina y el Del Pozo.
Hacia 1683, con el traslado de los astilleros el barrio empieza a perder importancia. Por muchas razones, entre ellas el crecimiento urbano y la insalubridad de las áreas que lo limitaban por el sur, los habitantes del antiguo Guayaquil resolvieron fundar una nueva ciudad en 1690, ubicada unos dos kilómetros al sur, en la parte llana, y desde entonces se dividió a la ciudad en “vieja” y en “nueva”.
Muchos litigios hubo entre los que quedaban y los que emigraban. Los unos aferrados a su barrio y sus propiedades, y los otros en busca de las comodidades que se proyectaban en la nueva, pues hasta el Cabildo y principales despachos gubernativos pidieron solares.
Los límites de la ciudad vieja se fijaron desde el cerro Santa Ana y cerro de El Carmen hasta lo que es hoy calle Junín, detrás de la iglesia de La Merced, y de la orilla de la ría hasta el barrio llamado entonces Bajo, actualmente la prolongación de las calles Córdova, Escobedo, Bolívar, etc.
A fin de unir las dos ciudades se construyó un largo puente, en sentido norte-sur, desde la plaza de Santo Domingo hasta la Calle de la Muralla, como se llamaba la actual calle Junín. El puente tenía ochocientas varas castellanas y todo el sector que lo recorría se inundaba porque varios esteros en el invierno y altas mareas (aguajes) regaban sus aguas por la calle nueva, que poco a poco se iba rellenando de cascajo.
En el siglo XVIII Las Peñas fue un barrio de clase media. Algunas señoras acaudaladas trasladaron sus viviendas hacia ese sector y convivieron con estratos populares como artesanos, pescadores, comerciantes prósperos y artistas. “Las Peñas en 1650 era un sumun de todos los grupos étnicos coloniales”, según los cronistas de la época.
En el siglo XIX comienza su aristocratización con la compra de algunos solares por parte de familias nobles de la época como la señora Clara Barron Ruiz y Barreyro, las familias Tola, Arces, etc.
El gran incendio de 1896 arrasó el barrio, que fue reconstruido en el siglo XX con rasgos de su arquitectura original. En 1902 se registra el último incendio que azotó la ciudad, aunque esta vez las casas no fueron gravemente afectadas gracias a que para entonces ya contaban con un destacamento de bomberos. 
Durante gran parte del siglo XX fue uno de los barrios más conocidos por acoger a la elite social porteña.
Las Peñas, Tradición y Rescate
Al pie del cerro Santa Ana y a la orilla del río está el pequeño bastión que es conocido como La Planchada, y en el cual se inicia la calle Numa Pompilio Llona, nombre del notable poeta guayaquileño de fines del siglo XIX que vivió hasta principios del XX. Esta calle angosta y sinuosa que bordea el cerro está ubicada en el barrio de Las Peñas, el primero que se fundó en la ciudad, que debe su nombre a unas peñas y peñascos, estribaciones del cerro que se sumergen en las aguas, hacia la ría.
Esa callejuela salía antes a la actual hacienda La Atarazana, comenzando por el fortín hasta detrás del cerro, donde estaba ubicada. Unos vecinos hicieron sus casas en la falda del cerro y otros las hicieron en la orilla misma de la ría, dejando ese callejón comunicante en medio. A ese callejón se lo llamó, por muchos años, la calle de los pescadores, por cuanto ellos, sus primeros ocupantes, sacaban por ahí a la ciudad o llevaban al cerro los peces para el mercado.

La orilla del barrio de Las Peñas fue siempre la escuela de natación de ciudad vieja o Guayaquil Antiguo.
Es posible que fuera sobre peñascos y peñas que se iniciaron las construcciones de amurallamiento de la ciudad en la época colonial (1682), así como un fuerte armado de cañones para la defensa contra los asaltos de los corsarios, muy frecuentes entonces contra las colonias de España.
Las Peñas es un barrio que en Guayaquil se ha mantenido a través del tiempo al margen de la evolución arquitectónica y de la transformación urbana;  precisamente en eso radica su belleza y valor patrimonial. En la actualidad reúne los elementos mínimos para que pueda ser considerado como el nexo de continuidad entre la historia escrita con quincha, madera y tejas y el predominio contemporáneo del hierro, el cemento y el vidrio.
El Muy Ilustre Municipio de Guayaquil y las Fundaciones Guayaquil Siglo XXI y Malecón 2000 firmaron un convenio interinstitucional para la restauración del histórico Barrio Las Peñas. Esta primera fase comprende desde el fortín,  a través de la calle Numa Pompilio Llona hasta la escalinata que conduce al callejón del Galeón.
El barrio Las Peñas es uno de los pocos legados históricos que posee la ciudad y su estilo arquitectónico muy particular, su estrecha calle, sus casas junto al río que poseen dos frentes  lo convierten en un llamativo destino de visita turística. Cada mes de julio se convierte en vitrina de arte y cultura de artistas que viven en el lugar y de manifestaciones culturales que tienen la oportunidad de mostrarse año tras año.
Iglesia de Santo Domingo
Ubicada a pocas cuadras del Barrio Las Peñas, es el tempo más antiguo que posee la ciudad.  En 1575, los Dominicios representados por Fray Hernando de Téllez, fundan el Convento e Iglesia de su orden, se ha convertido ésta en la más antigua de la ciudad (exceptuando, como es lógico a la Matriz).
Ya para 1548, la Orden se hallaba asentada en la población, ellos son los responsables de la construcción de la primera Iglesia que en ella se levantara.  Es por esta razón que historiadores como Chávez Franco, asumen que la primera matriz cumplió también con las funciones de Iglesia de la orden dominicana, hasta que en 1574 decidieron la construcción de otra en las faldas del Santa Ana.
Según descripción consignada en los archivos de la orden, el templo levantado en 1575 fue construido sobre muros de ladrillo y piedra labrada con edificación de madera y techo de paja, con más de un metro de espesor.  Los incendios que varias veces acabaron con la Iglesia, respetaron, sin embargo, el muro que hasta la fecha sirve de elemento de sostén de la edificación.
Santo Domingo se quemó en el incendio grande de 1899, año en que se realizó la bendición de los estantes.
Esta Iglesia, de un diseño extremadamente simple y hasta cierto punto provisional, fue reemplazada en 1937 por la actual, diseñada por el Arq. Paolo Russo, que fuera quien elaborara los planos de la Catedral, emprendiendo su construcción el año que se mencionó anteriormente.

Cementerio General
Una de las muestras más impresionantes de arquitectura de la ciudad, que si bien tiene un tono triste al encerrarse en él las vidas de pasados guayaquileños, se encuentra en el centro de Guayaquil, como un icono de su herencia histórica.

El Cementerio General de la ciudad de Guayaquil se abrió el 1 de enero de 1843, es uno de los mejores de América, en él se encuentran todos los estilos arquitectónicos desde greco-romano, neoclásico, barroco, italiano, español, mudéjar, arábigo y judío.
El cementerio, también llamado Ciudad Blanca, es ahora Patrimonio Cultural de la Nación. Está dividido en 5 secciones, siendo la más admirable la de los mausoleos, que datan de los inicios de la ciudad. Hay gran variedad de mausoleos, algunos con formas de  capillas con puertas de hierro enrejadas.
La parte central del cementerio es la más antigua, en ella podrán ver las más hermosas estatuas y mausoleos de procedencia italiana.  Se encuentran monumentos funerarios que tienen forma de capillas o templetes, elaborados en mármoles de Carrara y bustos de los personajes más notables.
Posee avenidas, hemiciclos, calles, caminos, escalinatas, gradas, desniveles que se comunican unos con otros y limitado por una avenida que la circunscribe, la cual está en un muro con verja que da frente a la ciudad.
El primer cuerpo del cementerio esta divido por una ancha calzada central adornada por ambos lados con palmeras.

Centro Histórico de Guayaquil
Replicando el Guayaquil antiguo, con frente al río, se destaca el Parque Histórico como otro de los puntos que deben visitarse. En donde las personas pueden adentrarse en medio de un bosque de manglar y caminar por un sendero de madera que lo atraviesa.
Está ubicado en la ciudadela Entre Ríos, en la vía Guayaquil-Samborondón. Busca recrear la forma de vida de años ya pasados con tres zonas: de vida silvestre, urbano arquitectónica y de exposición de tradiciones.

Este sitio de 8 hectáreas está rodeado de bosques de manglares y otras especies de árboles, como el platanillo, que crecen naturalmente alrededor de un estero del río Daule.
En el manglar existen 28 especies de animales en cautiverio, entre las que se pueden observar al venado de cola blanca, al mapache y osito lavador, grupos de saínos, tigrillos, osos perezosos, cocodrilos, etc.  Existen 90 especies de aves como papagayos, pericos, águila arpía, entre otras.
En el parque también se aprecian estructuras que representan las tradiciones de la costa, y la recreación de dos manzanas del Guayaquil, a inicios del siglo XX en las que se ubicaran cuatro edificaciones, construidas en esa época y que son representativas de la antigua ciudad que a más de ello han sido declaradas patrimonio cultural.
Zona de vida silvestre
La costa ecuatoriana es una región de gran riqueza ecológica.  Una clara prueba de ello se vive en esta visita.  Apenas 4 hectáreas de terreno bastan para acoger más de 50 especies entre aves, mamíferos, peces y otros animales que sin ser parte de la muestra encuentran su hábitat en este pedazo de bosque.
Está construida como un zoológico de inmersión, es decir, un hábitat natural en el cual los animales disfrutan de casi total libertad.  La zona de vida silvestre es recorrida mediante un sendero elevado que permite el contacto real con el ecosistema sin que se incomode  ni al visitante ni a los animales.  Brinda 23 paradas temáticas que  permiten contemplar en forma individualizada cada especie.
La torre mirador para observación de aves y zonas de descanso a lo largo del camino, complementa la visita.

La reserva reúne las especies más representativas de tres de los cinco principales ecosistemas de la costa ecuatoriana.
Zona urbano arquitectónica
En ella se levanta el Guayaquil antiguo con museos, restaurantes y cafetería, agencias bancarias, talleres de oficios tradicionales, salas de exposiciones y audiovisuales, son los principales servicios que le permitían disfrutar su estadía en el parque.
La casa Julián Coronel, el Banco Territorial, Casa Lavayen – Paredes (conocida como la Casa Verde) y el Hospicio Corazón de Jesús; han sido rescatadas como patrimonio cultural, y sirven de marco para la reconstrucción de la vida urbana del Guayaquil de antaño.
Para ponerse en época, es bueno recordar que antes de la aparición del tranvía eléctrico la ciudad contaba ya con el carro urbano de Guayaquil (carro de sangre) sobre rieles, tirado por mulas. La pujanza de la ciudad y su puerto se notaba en las calles, repletas de transeúntes y vendedores ambulantes. La actividad económica era símbolo de prosperidad, y cada banco realizaba emisiones de monedas en sus propias reservas.
Unas de las cosas más famosas que traspasaron las fronteras fueron la moneda y vestimentas guayaquileñas, así como los confites, tabacos y derivados de la actividad agrícola. El gran incendio de 1896 ha sido superado; la ciudad empieza el camino de la modernización.
Zona de exposición de tradiciones
La zona de rescate de tradiciones no solo le permitirá encontrarse con el pasado, también le abrirá las puertas a un mundo rural que a veces está demasiado lejos para ser conocido.
La hacienda era en aquellos años el pulmón económico del país. La riqueza del Ecuador se basaba en la exportación y producción agrícola, y alrededor de ella se generaban los más variados oficios y actividades.
La artesanía era también parte de la cotidianidad campesina.

Huertos de los principales productos de la costa, casa de hacienda, centro artesanal, arquitectura campesina, serán entre otros los espacios que le permitirán conocer y valorar un estilo de vida que ha sido fundamental en el desarrollo del país.

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